Las estrategias pedagógicas y los posibles contextos de aprendizaje se entienden en este Doctorado como un continuo pensar las dimensiones conceptuales que están en la base del hacer educativo. Toda práctica de enseñanza está transversalizada por unos discursos y concepciones sobre el educando, docente, ciudadano, las cuales nos ubican en un contexto cultural particular. Nuestra tesis por tanto es que antes de cualquier hacer es necesario pensar ese mismo hacer, y en este sentido generar la posibilidad de lograr cambios no sólo en los sujetos involucrados, sino en sus escenarios de acción (escuela-ciudad-familia).

En la tradición de las teorías pedagógicas se encuentran diferentes conceptos de educación, que van desde una postura naturalista, hasta una personalista, pasando por la socialista. Estas posturas discuten alrededor del concepto de hombre, de educación, del método, según se esté en un lado o en el otro.

La visión naturalista, considera al “hombre” como semilla que lo contiene todo, por lo tanto la educación debe orientarse al crecimiento de esta semilla, y su método prepara, cuida ese escenario para el desarrollo de la semilla. La postura socialista parte de la idea de que el ser humano es una página en blanco, y así la educación tiene como función la socialización e internacionalización de las reglas, costumbres y modos de vida en donde se nace. A su vez, el método coherente, con este postulado, es el de pensar que ese ser humano debe ser instruido, para implantar un modo de ser y pensar, depositar en él un contenido determinado.

En cuanto, al discurso personalista, tenemos que el ser humano se considera como “autor de su historia”; por lo tanto, la educación permite la “realización” de dicha persona en sus dimensiones de “autonomía”, “libertad” y “comunicación”. Así que el método a seguir bajo esta concepción es contribuir a este ser humano en su auto-construcción.

Todo el anterior panorama, nos da una idea general, para enmarcar el modelo educativo en este Doctorado. En el mundo contemporáneo, atravesado por los medios telemáticos, se requiere ampliar la mirada en la educación, pues no sólo los escenarios escolares son los que educan, sino también estos diversos medios de comunicación. De esta manera, las personas no sólo son estudiantes, ciudadanos, padres, formadores expuestos a diferentes agentes a los cuales, en muchos casos, no están preparados como educadores. Así que nuestro modelo exige una postura tanto socialista como personalista. Es por ello necesario repensar la relación sociedad-persona. Persona como síntesis de roles (docente, rector, padre, estudiante, ciudadano), los cuales exigen preparación para ser y hacer de forma autónoma, en un contexto donde se requiere actuar de una manera u otra.

Relacionando lo anterior con la visión que se propende con los estudiantes del Doctorado, se busca una formación en autonomía para que se enfrenten a la construcción autónoma, de creación que se necesita para proponer una tesis, como su apuesta propia, y el consiguiente desarrollo de este proceso investigativo con el acompañamiento de los grupos de investigación del Doctorado.

La riqueza de este Doctorado en Ciencias de la Educación se ubica precisamente en la posibilidad de mirar el problema de la educación no solo en contextos escolares, sino, además, en otros escenarios que cumplen la función de educar.

Cada escenario (escolar-familia-urbano), si bien tiene dominios específicos, también es cierto que estos se implican mutuamente, y a su vez están transversalizados por su contexto cultural. Pensamos, entonces, que nuestros futuros doctores no sólo podrán comprender estas culturas contemporáneas que llegan a sus espacios escolares, sino que, también, podrán aportar a las soluciones de problemas que se les presenten tanto en el ámbito escolar cotidiano como en su quehacer como docente en general. Para lograrlo se necesita un educador autónomo, creativo, crítico y comunicativo.

 
Actualizada: 12 de junio de 2024 2:52 PM • Sin categoría